EDITORIAL Nº2

Tras la manifestaciones del pasado jueves 19 de julio, toca hacer una reflexión en voz alta sobre algunas contradicciones que pueden haber en los independentistas de izquierdas con respecto a la unión de acción obrera coyuntural (manifestaciones) con la izquierda españolista (republicana o no) radicada en las islas.

Canarias en este momento tiene un doble problema. Por un lado la actual crisis económica que es extensiva a todo el estado, y a su vez el colonialismo que arrastramos y que agrava la situación en el archipiélago.

Los indicadores señalan a las islas como el lugar de todo el estado, que peor lo está pasando. En muchos ámbitos, con porcentajes en los que estamos muy por encima de las medias estatales.

Esto no hay que perderlo de vista, pues podemos caer en el error de creer que la solución de los problemas de España, nos traerá también una solución a los problemas de Canarias y eso a lo largo de la historia se ha comprobado de que no es cierto.

Podemos solidarizarnos como clase obrera con todos los trabajadores del mundo y en este caso con los problemas que también sufren los trabajadores de otros pueblos del estado español, pero eso no significa, no ser firmes en la reivindicación y defensa de nuestros derechos e intereses nacionales.

Como bien ocurrió el pasado 19 de julio, la reivindicación de la liberación nacional y social de Canarias debe estar muy presente y ser complementaria, porque la crisis y los recortes realizados por el Gobierno español, agravan y ponen al descubierto la estructura colonial de nuestro país.

Canarias tiene unos intereses nacionales y sociales que no son los de España, porque este país es una colonia y por tanto necesita imperiosamente soluciones a sus problemas políticos económicos y sociales que pasan inexcusablemente, por ser dueño de su futuro.

La solidaridad de la clase obrera canaria con la clase trabajadora del resto del estado español, debe de ser recíproca. Criticar que esa reciprocidad son mas las veces que no existen que las que si, no es nada malo. No creemos justo que a este pueblo que ha demostrado su solidaridad internacionalista en cientos de causas, se le de la espalda y se le ningunee cuando es el afectado, como ha ocurrido en los últimos días con los incendios forestales que han tenido lugar en nuestro país.